domingo, 10 de mayo de 2015

Sal uno de los venenos blancos




Sal de mesa, puro veneno

Sin sal no puede haber vida y, sin embargo, los médicos nos advierten que su consumo elevado es perjudicial para la salud.

La sal de mesa tiene muy poco que ver con la sal cristalina natural. "la sal de mesa", es cloruro sódico a las que en algunos casos se añade yodo y flúor y, por tanto, no es el tipo de sal que necesita el cuerpo.

La sal cristalina natural no está integrada por los tres o cuatro elementos de la sal de mesa que hoy utilizamos sino por los 84 que componen nuestro cuerpo y en la proporción exacta.

En la antigüedad era tal su importancia que se usaba para pagar a los soldados -de ella se deriva la palabra "salario"- pero hoy en día se considera junto con el azúcar refinado, los "venenos blancos". La sal de hoy en día, no tiene nada que ver con la sal que se consumía hace apenas siglo y medio.

Lo que consumimos hoy como sal de mesa es cloruro de sódico al que a veces se le añade yodo y/o flúor.

¿Pero porque se decidió convertir la sal cristalina en cloruro sódico?


Los científicos de la época afirmaron que las sales esenciales y otros oligoelementos eran "impurezas" innecesarias. Y como bastaba el cloruro sódico para salar los alimentos se decidió que mejor eliminar todo lo demás. De un alimento que era "oro puro" porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios para su subsistencia en la proporción exacta que el organismo necesita se pasó a consumir un producto que es "veneno puro". Y lo peor es que la toxicidad de cloruro sódico hay que añadir la del yodo y el flúor minerales que hoy se agregan artificialmente a la sal.

En definitiva el cloruro sódico, componente básico de la sal refinada de mesa que la mayor parte de la gente consume, es una sustancia tóxica que sobrecarga el organismo, nos apresuramos en "quitarnos la sal", por una repentina subida de tensión, y el medico nos ha dicho, "nada de sal", nos creemos que con no echar sal a la ensalada, al pescado o al filete es suficiente, pero ¿te has parado a pensar que la gran mayoría de los productos preparados llevan la sal como conservante?.

Para dar sabor a la comida se puede utilizar hierbas, vinagre o limón el vinagre de umeboshi, es bastante salado y alcaliniza la sangre, (se compra en herbolarios).

Cuando abráis un alimento enlatado enjuagalo con agua para eliminar el exceso de sal.

Tratad de evitar alimentos procesados, comprad comida fresca y, si decidís comprar productos enlatados fijaros que no dice con sal añadida.

Evitad los restaurantes de comida rápida pues toda la comida aquí está elaborada en función del sabor y suele estar hipercondimentada.

Bibliográfica: Discovery Dsalud





domingo, 3 de mayo de 2015

Tendencias


Acabo de descubrir esto y me parece una grandisima idea la Bibliotecas de ropa, ¿pero que es esto?.


     A medio camino entre el alquiler, el trueque y la tienda de segunda mano se encuentra el nuevo mercado de la moda que se inspira en el servicio de prestamos de la biblioteca. Como estas, las biblioteca de ropa, ya comunes en Países Bajos o Escandinavia, funcionan con un sistema de socios y una cuota (que suele ir desde 15 a 35 euros mensuales), que dan acceso a unas tres o cuatro prendas por semana. La mayoría se nutre de donaciones, de particulares o de firmas, y establece sus precios en función de lo que cuesta su limpieza), opción a comprar y un carácter ecológico.

     Fijaros que interesante Ropateca (Barcelona), es un espacio creado para la experimentación , consumir de manera responsable, pionero en España. La idea es disponer de un armario comunitario para renovar el estilo cada semana de forma ética sostenible y económica.

     Qué ideal sería poder ponerte esa camisa estampada sólo para salir. Tener un vestido de estrella de cine sólo para ese evento tan importante. Poder llevar un bolso como dios manda sin dejarse una pasta. 

     Lo que se llevan ahora,  al cabo de unos meses dejarán de ser lo más. La ropa se nos acumula, se desgasta, La Ropateca (Carrer de Ferlandina, 51) fundada por las hermanas Maria y Christine Schorn y su definición es simple: es un lugar donde se presta ropa. 

     Este proyecto ya es un éxito en ciudades como Mälmo, Hamburgo, Londres o París. Así de fácil, te haces socio para que paguen el alquiler, el lavar y planchar, y tú cojes la ropa, la usas, lo petas y la devuelves. Además, La Ropateca no sólo dispone de ropa y accesorios a la última, sinó que además es espacio donde diseñadores locales pueden ceder sus piezas, para que tú seas la musa. Es una nueva concepción del consumo sostenible responsable, de proximidad y sin dejar de ir a la moda.

     ¿A que es buena idea?.